jueves, 21 de marzo de 2013

Me fuí de putas.



Prometí nunca meterme a un prostíbulo, pues iba más allá de mi dignidad pagar por sexo. En realidad no violé esa regla, aunque no lo creas. Sí,  me acosté con una puta, pero es que ella…ella fue diferente.

Ese día llovía a cántaros como tanto odio, mientras me dirigía a mi apartamento contemplando con frustración como el agua  arruinaba mis zapatos de 300mil pesos.  El tedio me embargaba, haciendo  eco a las palabras de mi novia “no puedo llegar hoy a tu apartamento”  ¿Qué demonios pasaba con ella? Llevábamos 3 dias sin tener sexo ¿acaso no sabe cuánto lo necesito? Entré en una desesperación que creí disminuiría encendiendo un cigarrillo, en cambio terminé en una cuadra llena de bares y no lo niego, esperaba encontrarme a una tan desesperada como yo que estuviera dispuesta a irse al apartamento de un desconocido.

Luchaba conmigo mismo para desechar mi plan, pero la idea de llegar a masturbarme en mi cama era patética. Entré a un sitio elegante cuya fachada me permitió pensar que sólo habría mujeres decentes; me senté en la primera mesa que encontré y cuando detallé el lugar descubrí que aparte de las meseras, otro tipo de mujeres de bandoneaban entre las mesas sonriendo coquetamente. Estaba en un burdel. 

Aterrado,  emprendí la salida y a medio camino a pararme…la vi. Unos ojos azules a pocas mesas  se clavaron en mi dejándome petrificado, en un segundo la detallé completica: pelirroja de cabello largo cayendo sutilmente en sus hombros pálidos, pechos generosos, cintura diminuta, piernas largas y un trasero que bregaba por salir de ese ceñido vestidito azul, sin ningún accesorio más que la seductora sonrisa que me ofrecían unos labios rosa carnosos que combinaban perfecto con la mirada de gata que ahora a paso lento se dirigía hacia mí. 

Intentando recuperar mi dignidad, me levanté por completo en ademán de irme.
-¿un trago? – me preguntó, no sé ni de donde había sacado el vaso de whishky que ahora me ofrecía
-am... No, me equivoqué de lugar, ya me voy
-eso noté, pero me viste y te detuviste ¿no? Quédate, tomate un trago conmigo
No le ponía cuidado, su voz era tan seductora como su apariencia. Por un momento me veía a mi mismo como el hombre lobo de las tiras cómicas que aúlla cuando ve a la corista cantar. Al verme inmóvil, me ayudó a sentar y se sentó en mis piernas
-no…
-hummm estas feliz de verme-  apenado quise quitarla pero no podía moverme, ella por supuesto sintió que lo tenía casi hasta el ombligo desde el primer momento que la vi.

No necesité de muchos tragos, al final entraba con ella a mi apartamento, jamás en todas las escenas de sexo en mi vida me había sentido igual.

No más entrar me arrojó a la cama y se quitó el vestido dejándose los ligueros y los zapatos puestos, para mi sorpresa no tenía brassier – me llamo Cristal- dijo, mientras me desvestía con experticia,  era realmente exquisita. La saboree completa  mientras ella ronroneaba de una manera sutil, jugaba, sonreía, lamia, mordía  y me dirigía esas miradas que sólo conseguían excitarme más. Ella debajo era una niña  consentida, ella encima era una gata hambrienta. Se movía, satisfaciendo cada parte de mí, con tanta suavidad y fiereza que era imposible descifrar cual predominaba. Insaciable tuvimos sexo hasta la media noche, hasta que no pude más y debí dormir.

Soñé con ella. Una parte de mi creía que era un ángel, la otra parte me decía que un ángel no podía hacerlo tan rico; debía ser un maldito demonio, que ya se había ido, que me dejaba sólo durmiendo en la cama.  Fue una sorpresa despertar y encontrarla  a mi lado.
-buen día desconocido- ya estaba vestida y con tranquilidad se fumaba un cigarrillo.
-sigues aquí- dije con tristeza mientras recordaba que no le había pagado, por eso seguía aquí.
-soy una mujer educada aunque no lo creas- sonrío mientras escupía humo.
-¿Cuánto…?                                                                                                                  
-No me tienes que pagar, ayer vine por diversión, hace mucho no tenía sexo por ganas, tú no necesitas pagarle a nadie ¿verdad guapo? Quise acostarme contigo desde que te vi.
Desconcertado no supe que decir, ella supo desde el principio que me había equivocado, en parte me sentí  halagado, pero en mi garganta se atascaba una pregunta que al final escupí torpemente.
- amm... tu eh... ¿tienes novio?
-¿eh? – me miró con cara de fastidio, tal vez ya le habían preguntado eso muchas veces.
-pues es que me di cuenta que no besas a los clientes ¿no? Conmigo no lo hiciste.
-ahh- sonrió aliviada-  no beso a mis clientes, pero tú no me pagaste verdad?
Se acercó a mí y me besó, el mejor beso de mi vida.  Claramente  de nuevo me emocioné.
-hey¡¡- dijo con picardía -  si  que te excitas con rapidez, pero debo irme guapo...Me divertí.
Dio media vuelta y caminó a la salida - ¡¡me llamo Pablo¡¡- grité patéticamente mientras un demonio con cara de ángel desaparecía de mi vista mientras cruzaba la puerta de mi apartamento.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Acúseme padre…


Hoy confieso padre…
Que deseo con  ansias ver a ese ser superior que usted profesa, no por ver su gracia, sino por reclamarle.
Si él tiene un plan para todos ¿por que planeó de esa manera mi vida?
Si me ama ¿Por qué el título de mi vida se denomina decepción?
Una tras otra, de cada cosa a mí alrededor y en especial de mí misma.
Frustrándome cada maldito día.
Él me ofrece  sueños, fantasías y  deseos que cada día encuentro más imposibles.
Entre ellos el amor, tan absolutamente indiferente a mí, tan frustrante, tan ajeno….  como si no estuviera hecha para ello.
Como si no lo mereciera.
Acúseme padre… 
Porque no creo que usted  tenga derecho a escuchar mis pecados
Porque nada de lo que me diga puede hacerme olvidar mi deseo
Porque vivo esclava de mis instintos
Porque vivo con miedo
Porque  nunca nadie ha podido considerarme seria
Porque Dios es amor y evidentemente el amor no es para mí.
¿No va a darme la bendición? Igual no la quiero, sólo quería decirle lo que siento
Pues la gente debe seguir viendo mi sonrisa y mi familia debe pensar que aún a pesar  de mi misma…
Sigo creyendo en su fé.

martes, 21 de agosto de 2012

Monstruo.


Una lagrima calida que recorre lenta y perezosa mi mejilla fria, es arastrada por el ventarron salvaje que desesperado intenta cortarme a pedazos mientras tu temible recuerdo cumple bien esa labor.

Tu nombre me desmiembra lentamente mientras tus besos me desgarran la piel y tus abrazos riegan gasolina en los trozos adoloridos que tus palabras encenderan con la cerilla que me incinerará dolorosamente ahí…contemplando el paisaje que me regalaste. Tan igual por que es el mismo y tan diferente por que ahora en vez de azul hay gris, los rayos de sol fueron remplazados por hielo y no estas tu sino la sombra de tu monstruo.

Encontré centenares de prototipos en mi mente y decenas de personajes en mi vida, todos y cada uno tan perfecto como el anterior. Pero tú…tú eras tan endemoniadamente lleno de defectos, tan diferente, tan armoniosamente molesto para cualquiera excepto para alguien con una percepcion distorcionada de cada cosa existente, como yo.

Amé en ti cada cosa despreciada por el mundo. Te amé y encontré tesoros que no se igualaban a ninguna pieza de ningun metal. Aún te adoro y te quiero como eres, incluso sabiendo como ahora sé que dentro de ti se aloja ese ser.

Mortífero, sagaz y con una letalidad directamente proporcional a tu inseguridad. Pues conoces tus imperfecciones, eres lo suficientemente habil para reconocerlas, clasificarlas y esconderlas bajo el escudo de las cosas que aprecias de ti. Sin saber que aquellas cosas se incuban allí, alimentandose de tu corazon, creciendo lentamente como parásitos, formando parte de la creatura que hoy me despedaza y me abandona.





jueves, 12 de julio de 2012

Transformación.


Resignado, dirijo la mirada a mi enemiga en lo alto
Está ahí,  sonriéndome  imponente
Y  como siempre se adueña de mí ser
Helándome con su belleza, dejando en blanco mi mente.

Sin saber exactamente como, sé que me mira con arrogancia
Y su brillo me atraviesa, me estremece
Recorriéndome con una delicadeza dolorosa
Con ese poder que sólo obtiene cuando anochece.

Diosa de la noche, que me castiga con esta cruel agonía
Tan fría y dura como el hielo
Recorrida por mis lágrimas tibias   
Aún me pregunto la razón de  la desgracia mía.

Mientras el dolor se convierte en odio
Oh sí, ya casi alcanzo las profundidades de la inconsciencia
Navego libre entre las aguas del instinto
Y lentamente olvido la clemencia.

Ahora me ha sido arrebatado todo lo demás
Soy yo,  sin familia, sin amor, sin afecto,
Sin la culpa que más tarde me gobernará
Soy yo y el deseo de  carne y huesos.

Ahora mi  ama sonríe en lo alto
sólo soy un prisionero que odia a la humanidad
En la oscuridad un aullido  desgarra mi garganta
Y atraviesa la silenciosa y desgraciada ciudad. 

martes, 3 de julio de 2012

Llanto de luna llena 2


Desperté con algo peor que la cruda común, conocía este dolor perfectamente y antes de hacer cualquier movimiento brusco analicé cada parte de mi cuerpo. De vez en cuando en su intento de detenerme Jhon podía romperme uno que otro hueso.
-despertaste-  era él, mi hermano.
-¿están todos bien?-pregunté asustada al ver su expresión.
-no dañaste a ninguno de nosotros, si es lo que quieres saber.
Para las personas normales, llegar a trabajar tarde es un error que puede pagarse con un llamado de atención, en el caso de nosotros llegar tarde en luna llena implicaba arriesgarse a ser asesinado por mí.-¿Cómo me detuvieron? Estábamos en un callejón… y yo estaba enojada.
-Fue Adrian- contestó mi padre con resignación- te controló con un amuleto muy extraño.
La expresión de él empezaba a ponerme nerviosa, pues mi padre siempre sonreía.
-¿cómo que Adrián? ¿Qué sabe él? - pregunté enojada,  perfecto, ahora le debo la vida de mi familia a ese individuo.
-pues gracias a él atrapamos 6 usándote a ti- dijo mi hermana con odio. Seguía enojada.
-No la usamos Ángela, ella no es un perro – La ayuda de mi hermano siempre era bienvenida, pero Ángela tenía razón, en luna llena yo  no sabía lo que hacía, sólo mataba lo que fuera, como fuera. Gracias a la fuerza, velocidad y apestoso olor a vampiro tan representativo de  mi hermano podían usarme para perseguirlo y llegar a donde estaba lo que necesitaban que yo eliminara. Ahora Adrian era una alternativa viable para que Jhon no corriera el riesgo de morir, pero yo no soportaba la idea de ser controlada por él, un humano común y corriente que me odiaba.
Tenía recuerdos vagos de la noche anterior como todas las anteriores.  Recuerdo mi furia y mi hambre incontrolable, recuerdo sangre y mucha carne, recuerdo un olor horrible que se transformaba en un dulce aroma…. después una voz  aterrada, que desesperada decía mi nombre y  me aplacaba. Algo andaba mal.
- Hay algo que no me están diciendo- dije mientras miraba a cada uno detenidamente.
-Laura – Repuso con suavidad mi madre ¿era lastima lo que expresaba su rostro?- no es tu culpa…
-  ¿Qué demonios pasó?- me estaba enojando.
-   Adrian tenía razón ¡eres un peligro¡- mi hermana quería herirme de verdad, y lo lograba.
- Cállate Ángela¡¡¡ -gritó Adrian y luego me miró– lo siento-  jamás me había mirado asi ¿era compasión? ¿ternura? Era como… si quisiera abrazarme - no pude controlarte en ese momento, estaba muy lejos y tú ibas muy rápido… -En ese punto los niveles de miedo, frustración y enojo que intentaba controlar estaban llegando al extremo; pero antes de explotar, mi hermano interrumpió el discurso de Adrián con lo que yo  debía saber:-mordiste a un humano.
Miré a mi alrededor con la esperanza de que alguien dijera ¡caiste¡, pero el rostro expectante de todos me indicaba que era cierto. Entonces cada parte de mi agonizó al tiempo, mientras trataba de entender y controlar las olas de desesperación y arrepentimiento que ingresaban por toneladas a mi cerebro.  Las lágrimas empezaban a salir sin control  y un grito ahogado empezaba a asomarse en mi garganta, sin embargo un resquicio de lucidez me permitió tartamudear:- ¿se….se  lo entregaron a la familia? ¿qué le dijeron a la morgue? Díganme….díganme  que no lo dejé muy mal….
-El  está aquí Laura, en la habitación de el lado- no sé quién demonios lo dijo, igual no me importó.
-¿está vivo? No me dirán que…
-sí, lo dejaremos vivo-  tampoco me importó quien habló.
-¿qué les ocurre?- grité -  ¿No es suficiente con lo que sufro cada maldito mes? ¡No quiero que alguien más pase por lo mismo¡ - todos me miraban como si escucharan con paciencia  la pataleta esperada de una niña caprichosa, lo que incrementó mi furia-  ¡yo asesino monstruos como yo, no los transformo¡ ¿no lo recuerdan?  ¿Qué sentido tiene mi vida entonces? ¡No lo voy a permitir¡- Ignorando el dolor  me levanté y corrí a la habitación de enseguida, no estoy segura si alguien me siguió o trato de detenerme, sólo sé que me detuve en seco al lado  de la cama de mi víctima. Era un niño precioso de aproximadamente 12 años.  Su rostro angelical lucía tranquilo y estaba adornado por unos adorables rizos rubios. Lucía flaco, muy flaco y  con una punzada de culpabilidad contemplé su cuerpo lastimado con moretones y rasguños. Unas vendas alrededor de su  abdomen me indicaron donde debí haberlo mordido.
-   Se llama Natto – dijo la voz de Adrián-  se cruzó en tu camino mientras perseguías un vampiro, nos dijo su nombre antes de perder la conciencia…también dijo que vivía con su hermana.  Aún no la encontramos- de nuevo las lagrimas se apoderaban de mi, estaba claro que no sería capaz de matarlo.

lunes, 5 de marzo de 2012

Desahogo en un mar de pensamientos

Escrito en la desesperacion de un dia confuso.

Quiero gritar, cantar, sonreír, correr, que el viento mueva mi cabello cuando corro como en las  películas, quiero abrazar, besar, correr al sol y a la lluvia, disfrutar de mi entorno, de mi tierra, de mi vida, de mi cuerpo y de el suyo.   Pero hay tanto ruido, tantos pensamientos juntos, tanta confusión…

Siento dolor, soledad, frío, injusticia y tranquilidad entre la desesperanza y los sueños que la reavivan.
Siento que sea tan arrogante, siento su odio, su dolorosa adicción al pasado, su poco interés en el futuro,  siento la ignorancia de algunos, la desgracia de otros, lo poco que ven los ojos humanos, lo mucho que dañan y lo poco que puedo hacer por ello.

Lamento  sentirme diferente y agradezco serlo, lamento ser tan sensible,  odiar tanto y perdonar tan fácil,  lamento mi inseguridad y mis preocupaciones mundanas…soy tan humana, tan extraña en un mundo de clones, tan igual, tan escandalosa, inestable, entregada y orgullosa.

Temo cada segundo: a mí misma, al agujero negro que surge alrededor de mis fantasías y pensamientos, le temo a los sueños que no pueda realizar, a mis esperanzas, a mi corazón, a una decisión equivocada, a mis lágrimas y a las de los míos, a mi locura, dejadez, desorden, desequilibrio e  inconstancia.

Extraño el arte que abandoné por el camino que elegí, eso que me entregaba la vida, muerte y amante perfectos. Extraño creer en el amor, mi inocencia y esperanzas infantiles. Extraño tener la imagen perfecta de quien ahora sé  puede que no aparezca.

Me veo a mi misma, privilegiada en el mundo y era globalizada en la que nací, esa era sin alma, sin vida, sentido de pertenencia, amor propio, independencia ni espiritualidad… Rodeada de personas cuyo único eje de vida e  imaginación consta en la fé de ser amados por un ser perfecto llamado Dios, sexo, dinero, fama… nunca en nadie más, siempre yo…siempre.

Y no puedo ver nada más…pues todo lo veo por una pantalla, que es la mitad de mi vida, esclava de una adicción y una necesidad inevitable. Sólo llamada a la realidad por amor a  mi familia, impasible e inalterable….Y sé que en el mundo  hay tanto¡¡¡…tantas vidas, tantas necesidades, injusticia, dolor, un planeta que llora y un karma que reclama.  

Uroboros eternamente traga su cola y mi vida transcurre en una de sus escamas junto con la de una humanidad completa.

sábado, 18 de febrero de 2012

Carta a un ladrón

(Hace mucho no publico ni escribo nada.... así que espero q  no esté tan mal.) 

Puedo acusarte  y cualquier ser  de este mundo podría atestiguar que me has robado.
Por cada parte  mi cuerpo circulaba un fluido cálido lleno de esperanza que lograba que mi rostro se  sonrojara  al pensar en aquel paisaje especial  que todos han de recorrer en compañía.  Mi mente vagaba  ansiosa  con la idea  de  quien fuese  el  primero que me enseñara   el camino, quien en la cumbre de la montaña más alta  me abrazara satisfecho observando el horizonte rosa cálido ante nosotros…. ese terminaste siendo tu  y no fuiste el primero sino el único.
¿Aun no lo comprendes?  En la cima, después de recorrer el paisaje que creaste para mí y de entregarme  la visión más imperfectamente hermosa,   te despediste con lágrimas en los ojos,  me lanzaste al precipicio bajo nuestros pies y  tú te arrojaste en una dirección diferente.
 ¿Tu caída fue tan dolorosa como la mía?  Estoy absolutamente segura de que caíste también entre las espinas.  Sé  que la tierra se alimentó de la sangre de los dos.  
Tomaste un camino doloroso, me obligaste a mí a hacerlo y me robaste. Me robaste un  paisaje que  no he vuelto a encontrar, me robaste el  fluido cálido de mi cuerpo, me robaste la credibilidad en  las fantasías. Te culpo por la frialdad con la que tuve que acostumbrarme a sobrevivir, por  arrojarme al barranco, por cada acompañante que después de ti me regalaba un paisaje en el que me sentía extranjera….
No te extraño, en absoluto. Extraño esa parte de mí que añora, esa parte  romántica, que ama, que desea, que se obsesiona, que ve por los ojos de quien ama.
El viento me ha dicho que recorres caminos, que conoces, que disfrutas, sufres, sonríes, recuerdas, olvidas… y yo te diré que después de ti soy otra, perdí la inocencia  y gané armas para luchar. No he renunciado a volver a encontrar lo que me quitaste,  pues dentro de mi  habita la niña que sonríe con cuentos de hadas aunque ya no crea en ellos, habita la  princesa que espera a un príncipe,  junto un dragón que no me tiene prisionera  sino que me hace guardia.